Sé un hombre recto y fiel a tus principios





La Virgen de Nazaret se considera la humilde servidora del Señor 
y sólo le interesa que se cumpla en ella la voluntad de Dios. 

Sin embargo, al ofrecer su humildad, 
Dios hizo de ella la maravilla más grande de la creación.

Si tú te lanzas al trabajo de tu propio crecimiento en la fe, 
Dios podrá hacer de ti un santo, 
pero será preciso que te esfuerces cada día; 
no seas río que sigue una línea tortuosa:
 sé un hombre recto y fiel a tus principios, 
a tus convicciones y a la voz de tu conciencia.


María, que la conciencia de nuestros límites 
nos haga crecer en humildad, 
pero no disminuya en nosotros el deseo de ser santos.


* P. Alfonso Milagro