Roguemosle a Mariía nos consiga el perdón



El Concilio nos dice que 
la Madre excelsa del Redentor 
y humilde servidora del Señor, 
padeciendo con su Hijo cuando moría en la cruz, cooperó en forma extraordinaria a la obra del Salvador con la obediencia, la fe, la esperanza 
y la ardiente caridad 
con el fin de restaurar la vida de amistad 
con Dios en sus hijos. 

Por eso es nuestra Madre en el orden de la gracia (LG 61).

Si hemos tenido la desgracia de ofender a Dios acudamos a María y roguémosle que nos consiga el perdón que necesitamos.

Y así como Dios nos perdona a nosotros, 
así nosotros debemos perdonar, entender y justificar a los demás.

Madre, cuida con amor de tus hijos para que no pierdan la vida que brota de la muerte y resurrección de Jesús.


* P. Alfonso Milagro