Nadie como María Santísima



En ninguna criatura se da tan perfectamente
que Dios viviera en ella
y que ella viviera en Dios como en María Santísima.

Entre Dios y María hubo una estrechísima relación:
Dios habitó en María en toda su plenitud,
haciéndola su templo sagrado
y María vivió en Dios,
entregada a la total realización de sus planes.

No nos olvidemos, y no dejemos a un lado,
los planes de Dios sobre nosotros.

Iniciemos el año poniéndonos a su disposición.

María, que recibiste la bendición
y la misericordia de Dios, nuestro Salvador,
ayúdanos a estar abiertos a Dios
y a su amor en nuestra vida.


* P. Alfonso Milagro