Consagración al Inmaculado Corazón



En las letanías invocamos a María como Reina de la paz 
y la misma celestial Señora nos ha prometido 
que la paz vendrá sobre el mundo 
si nos consagramos a su Inmaculado Corazón.

Desde el principio del año 
debemos comprometernos a vivir esa consagración 
al Inmaculado Corazón de María, 
haciendo que nuestra Señora sea la dueña de nuestra vida 
y ofreciendo cada mañana nuestras obras a su amor de Madre, 
simbolizado en su Inmaculado Corazón.

Todo lo haremos pidiendo su bendición maternal 
y todo lo haremos para agradarla 
y por ella, agradar a Jesús.

María, que has visto consagrada tu morada por Dios, 
ayúdanos a vivir la consagración al señor que iniciamos con nuestro bautismo.


* P. Alfonso Milagro