La guerra podría terminar mañana


20 septiembre
– Paraguay: N.S. de Itati


Durante su aparición a Melanie y Maximino (los videntes de La Salette, Francia) La Santa Virgen recordó la importancia de la oración: "¿Ustedes hacen sus oraciones,  hijitos? - No mucho, señora. - ¡Ah! Mis hijos, tienen que hacerlas por la mañana y por la noche, ¿así sea solamente un Padre Nuestro y un Ave María. Y cuando  puedan, hacerlas mejor, y mucho más. »

Durante la Primera Guerra Mundial, el teniente Darreberg comprendió esta necesidad de la oración. Él escribió en su diario: "14 de octubre de 1941: me encontré con el capellán católico... Me dijo que la victoria no estaba en duda. Y yo respondí: que la guerra podría terminar mañana;  sólo una cosa faltaba hacer. -  ¿Cuál? - Someterse a la orden de Dios y orar!"

"Ahora entiendo mejor el Rosario para  dulcificar el alma.     Antes me parecía una oración de beatos, un ronroneo sin valor. ¡Qué estupidez! Es algo maravilloso. Después de decir cincuenta veces seguidas: "Ave María..." uno termina bajando la cabeza humildemente... Cuando usted ha dicho cincuenta veces: "Ruega por nosotros pecadores", consigue comprender que no vale la pena y que tampoco vale mucho...”


H. Perrin dans  Le Capitaine Darreberg

(Pilote de chasse converti par la Vierge Marie)
38970 Corps. 6e édition 1973.
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Santa María, Madre de Dios,
 ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.